“Laubwerk – Enramada”. Galerie Z22, Berlín.
Mi primer encuentro con Balbina fue a través de un cuadro en donde había una gran mesa de interior, de un color verde dominante, expuesto en una galería de Buenos Aires. Me enamoré del cuadro y lo compré de inmediato. Pero mi tarjeta de crédito no funcionó y el galerista me lo entregó recibiendo como depósito solamente mi tarjeta personal, lo cual muestra la confianza de los argentinos en sus conocimientos de las personas y en cierre de tratos con un apretón de manos. Pero eso es otra historia.
El cuadro muestra un interior que me recuerda al de mi casa, así como a mi propio interior personal. Un interior espiritual desordenado pero contenido en estructuras sólidas que permiten no desorientarse totalmente. “Laubwerk – Enramada” es el título de la esta Exposición y nuevamente nos conduce a una desorientación visual a través de motivos que nos son familiares.
El bosque, los elementos florales, nos ofrecen protección y se vuelven refugios gracias a su carácter indefinido.
En noviembre pasado visité a Balbina en su atelier. Un lugar cálido, inspirador, casi trópico, con flores, rincones en donde afuera y adentro se confunden y se unen. ¿Qué es patio? ¿Dónde comienza la cocina? ¿Qué es privado y que es taller?
Esa indefinición, esa atmósfera poco concreta se reencuentra en sus trabajos.
Balbina nos lleva a mundos visuales en los cuales las fronteras entre pintura, fotografía y arte experimental se diluyen, así como también la definición de lugar y tiempo.
Enramada es la continuación de una serie temática “Bosque Infinito” sobre la cual Balbina trabaja desde hace casi 5 años.
El bosque es su motivo y al mismo tiempo su inspiración. De la quietud del mismo extrae momentos, fragmentos y detalles, luz sombras y espacio.
Sus paisajes ensoñados y sus fantasías vegetales son el resultado de complejas estrategias de fragmentación.
El primer paso consiste en extraer árboles, cielo, paisajes, ramas, vegetación, por medio de la fotografía. Éste procedimiento crea un primer distanciamiento. En un paso siguiente recorta y recompone los elementos nuevamente por medio de técnicas de edición de imágenes.
Otros pasos en el proceso de fragmentación son la utilización de la pintura e, igualmente importante, el empleo de soportes transparentes que niegan toda pesadez y permiten la creación de los paisajes imaginarios e inmateriales de las secuencias atmosféricas de Balbina Lightowler.
El trabajo de Balbina permite una variedad de contemplaciones diferentes y diseña un caleidoscopio de objetos y elementos que nos son familiares pero que ella transforma en mensajes de una oculta belleza.
Katharina Orellano. Abril, 2017.